jueves, 8 de enero de 2009

Besar sapos

Encontrar el hombre perfecto es una tarea sumamente fuerte y difícil, pero más que eso, extremadamante peligrosa! Es como aquel dicho "Si juegas con fuego te quemas", en este caso parece ser que a las chicas nos encantan los incendios. Es como una adicción. Sabemos que terminará mal, pero siempre volvemos a lo mismo, siempre estamos en la búsqueda constante, una búsqueda casi utópica.
Alguna vez los chicos se preguntarán por qué insistimos tanto en esta agotadora cacería? La respuesta es simple: tenemos aserrín en la cabeza! Desde pequeñas creemos en las fantasías, los cuentos de hadas, los finales felices... y desde esa edad conservamos la esperanza que algún día nos sucederá.
Claro que tampoco podemos ser persimistas, algunas veces si se hacen realidad. Existen historias tan increíbles... como la de mi abuelito por ejemplo! El era todo un Don Juan y sabía divertirse muy bien, hasta que un día tuvo una visión perfecta, casi un espejismo. Mi abuelita pasaba por la tienda, hermosa y preocupada, siempre pensando en el trabajo, nunca perdiendo el tiempo. Ella jamás se dio cuenta de su existencia, mientras él la seguía día y noche con el único placer de poder cuidarla, aunque no pudiera tenerla. Mi abuelito proclamó su amor a todo el pueblo, obteniendo siempre la misma respuesta: " No pierdas el tiempo, ella es una muchacha seria y trabajadora, jamás se fijaría en ti" Un día, harto de escuchar lo que no podía hacer decidió hacerlo y el resto es historia. Se enamoraron perdidamente y hoy despiertan juntos en un hermoso hogar luego de 58 años de casados, sintiendo que no hay persona más bella que la que tienen al lado en ese momento.
Es por historias como estas que las chicas siempre guardaremos esperanzas.
En fin! para hallar buenos resultados aveces es necesaria una espera, espera que se hace casi eterna y mientras dura vamos besando sapos!!! Yo debería saberlo, tengo más ex enamorados que boletos de combi y acabo de cumplir los 20!!! Obviamente esto es una exageración, pero creanme que la realidad no es muy distante...
Y al final de todo, siempre termino con la misma pregunta: Y por qué dije que sí?

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