miércoles, 18 de febrero de 2009

Semana 6: Jaime López

Creo que dejé fluir las cosas demasiado y a un ritmo desenfrenado. Había pasado menos de un mes y se venía un importante campamento en los scouts. Tenía que prepararme bastante y concentrarme. Era la primera vez que iba en calidad de guía. Se imaginan? Dirigir a todo un grupo de chicas, organizarlas para las actividades, tener la comida lista a la hora, vigilar que coman bien, cuidarlas para que no se pierdan o accidenten, defenderlas bajo cualquier amenaza. En conclusión, me había convertido en madre.

Llegó el momento del campamento y yo estaba totalmente preparada. Todo transcurría con normalidad, excepto que había llegado un chico nuevo al grupo y todas las chicas estaban atolondradas. Era un niño de apenas 12 años, flaquito, rubiecito y narizón. La mayor parte del campamento mostró una expresión de timidez, pero ciertos momentos en que se divertía realmente dejaba ver una sonrisa linda y tierna. Obviamente volvió a las chicas locas y no dejaron de torturarlo todo el campamento. La verdad, me daba un poco de lástima. El pobre no pudo tener ni un momento de paz, pero me daban tanta risa las chicas que hasta invente una canción para que las chicas le canten. Creo que eso no mejoró la situación de Sebastian.

En fin, llegó la última noche del campamento y era tradición jugar a un tipo de escondidas en el bosque, envueltos por toda la oscuridad de la noche. Ahí fue donde empezó todo. Un amigo al que no le había prestado mayor atención anteriormente, Jaime López, fue todo un príncipe esa noche. Me acompañó toda la noche y cuidó que no tropiece con nada. Fue en el momento en que me tomó de la mano que entendí que pasaría algo más que un simple juego de acecho.

El juego fue interrumpido por unos sujetos extraños que rondaron nuestro campo. Al parecer nos habían seguido desde el pueblo y tuvimos que evacuar a toda la tropa del lugar y esconderlos en las montañas. Coincidentemente, nos tocó cuidar a los más pequeños en el mismo extremo, así que nos sentamos en una gran roca y conversamos por horas. Al principio mi mente volaba hacia donde estaba Ernesto (revisar semana 2). Tan valiente, regresando al campo peligroso a recoger a los chicos que faltaban para enseñarles el escondite. Sentía tanta admiración por él… Pero de alguna manera logré concentrarme en lo que me decía Jaime y de alguna manera extraña algo surgió.

Al momento de pasar el peligro, mandamos a los chicos a dormir y Jaime y yo hicimos guardia juntos. Estábamos echados en el pasto, uno al lado del otro, callados, simplemente viendo las estrellas en ese cielo tan despejado. Fue el primer beso más romántico. Todo era perfecto… hasta que volvimos a Lima. Ni bien pusimos un pie fuera del bus, Jaime corrió hacia su casa y no miró ni una vez para atrás. Me sentí la más estúpida del planeta. Pasó toda una semana para que se digne a hablarme por el msn y fue por ahí que me pidió disculpas por haber huido como un cobarde el día que llegamos. Dijo que se había puesto muy nervioso y no sabía que hacer, pero que yo le gustaba mucho y que le gustaría que le de una oportunidad más. Ese fin de semana nos vimos y empezamos una relación que duró 4 meses. Fue linda, pero muy tranquila y casi monótona. Después de terminar, para variar, nos convertimos en grandes amigos y nos contábamos de todo. Éramos pañuelo de lágrimas mutuamente. Siempre nos apoyábamos en todo y aconsejábamos. Todo eso se terminó el día que empezó con su actual enamorada Débora. Jaime se volvió un completo imbécil, mal amigo y totalmente mujeriego. De la que me libre! Jaja.

viernes, 13 de febrero de 2009

Semana 5: César Ávila

Pasó poco tiempo y me di cuenta que en verdad no quería volver a la misma situación con mi ex Oscar, así que deje los sentimientos volar y volé yo también. Mi época de soñadora continuaba, y entre sueño y sueño mis amigos me despertaron para contarme que OTRO chico de los scouts me tenía en la mira. Cesar era un chico alto, flaco y de rulitos con el que había conversado un par de veces. Nada en él había llamado mi atención, pero claro! Una vez que me contaron todo lo que sentía por mi lo miré y vi en él un Brad Pitt peruano! Jaja. Caí redondísima. Un día estábamos en una fiesta donde me la estaba pasando de lo lindo. En un momento, César me llamó para bailar con él. Estábamos bailando en un ambiente un poco más privado, con menos gente que en el salón principal, y ahí se me mandó. Yo no sabía qué decir, me puse tan nerviosa que de un jalón lo saqué al salón principal y empecé a bailar. Pusieron la canción “Carito” de Carlos Vives y de la nada todo el mundo me rodea y mirándome (él mirándome a los ojos) empiezan a corear “Carito dime que sí, que no me quiero morir”. Casi muero yo de la vergüenza! Estaba rojísima y a mitad de la canción ya le había dicho que sí.

Lamentablemente, los siguientes días que nos vimos la relación no fue muy bien. No nos habíamos dado el tiempo de conocernos primero y así darnos cuenta que no teníamos química alguna. Es más! Un poco más y el chico me decía “usted”!!! Fue graciosísimo. A las dos semanas me veían cortando con un enamorado más en el parque Kennedy. Se lo dije de la manera más educada y suave que pude pero el chico no me entendía… insistía en que no le corte. Llegó a desesperarme bastante.

CONSEJO: Nadie debería rebajarse a pedir que se queden con uno. Nadie tiene porque convencer cada día a su enamorad@ del porqué estar con ellos es la mejor opción. Si sienten eso, es porque no han hallado a la persona correcta aún. Simplemente dejen las cosas fluir y avancen.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Semana 4: Alex Soto

Mis 14 años fueron un poco agitados. Recuerdo que ese año mi amiga Ale me dijo que cambiaba de novios como me cambiaba de calzones. Tenía razón… pero es que jamás pude evitar ser una soñadora. Siempre trataba de tener mi cuento de hadas y en cuanto veía que no funcionaban, salía volando a buscar el siguiente. Sí! Así de fácil era cuando tenía trece, ahora tengo que rezar para que aparezca uno siquiera!!!

Habían pasado dos años desde que me uní a los scouts y seguía teniendo los mismos amigos. Vivían todos en un mismo edificio así que era sencillo verlos a todos. Se habían unido a nosotros más personas de fuera, pero todos éramos un mismo grupo. Uno muy grande, a decir verdad, y todos los días teníamos algo que hacer.

Alex me pareció simpático desde el día que lo conocí, pero jamás me animé a acercarme porque era mayor que yo y porque sabía que le habían llegado a gustar dos amigas mías (pero mis amigas no sentían nada por él). Pasó el tiempo y los dos nos hicimos muy buenos amigos, conversábamos siempre, pasábamos la tarde haciendo nada y cosas por el estilo. Un día en una fiesta que teníamos con todos nuestros amigos le dije que me gustaba y todo el rollo. Sí! A esa edad no tenía vergüenza! Tenía unas agallas y una seguridad en mí misma… el hecho es que capté su atención y desde ese día mis amigas no existieron más, sólo era yo.

Lamentablemente la relación no fue bien. Se terminó a los tres días de empezada. Yo volví a ver a mi ex (Oscar) y me confundí. Me pareció que no era justo para Alex, así que corté. Seguimos viéndonos a menudo hasta hace unos años que se fue a vivir a España. Hasta el día de hoy somos amigos y sonreímos cuando recordamos aquellos días. El se ríe porque dice que “lo perseguí hasta España” porque allá conoció a una chica muy parecida a mí y ha empezado una relación con ella. Buena suerte Alex!